Se nos ha ido José Manuel. Amigo. Jurista. Magistrado. Fiscal General. Pero sobre todo, se ha ido una gran persona.
Entendió como pocos lo que era ser fiscal y lo asumió con pasión. Le tocaron malos tiempos: hubo críticas, desacuerdos, incluso malas formas cuando de él se hablaba, pero siempre tenía la misma respuesta: es la ley, es el derecho.
La AF muestra su orgullo porque alguien como él, de su talento y valía, en la cúspide de su carrera, quisiera ser uno de nosotros: un Fiscal, y compartir las alegrías y las penas de esta hermosa Carrera.
En estos últimos tiempos nos decías que estabas orgulloso de la Fiscalía y de prestar en ella un último servicio a tú país; y lo has cumplido, como siempre, fiel a tu palabra.
Gracias de nuevo José Manuel, no solo por tu ejemplo de vida sino de profesionalidad. Hiciste del imperio de la Ley tu guía; del Derecho, tu amor. Leal, Compañero, Amigo.
Nos has enseñado en este tiempo que has estado con nosotros algo muy importante: tener un alma sin cadenas.
Gracias de nuevo José Manuel; gracias maestro. Ahora y siempre, cerca y lejos.
Tus compañeros, tus amigos.