‘Esta situación de emergencia sanitaria ha puesto de manifiesto grandes déficits en la justicia ’. Entrevista a Cristina Dexeus.
LA PRESIDENTA DE LA ASOCIACIÓN DE FISCALES RECLAMA UNA APUESTA DECIDIDA POR LA JUSTICIA DIGITAL CON SISTEMAS INTEGRALES DE EXPEDIENTE JUDICIAL ÚNICO
Dexeus analiza en esta entrevista la situación actual en la Justicia y detalla las medidas necesarias frente al colapso que se avecina que propone su asociación, que este mes cumple 40 años. Foto: Carlos Berbell.
“Esta situación de emergencia sanitaria ha puesto de manifiesto grandes déficits en la justicia española”. Así lo manifiesta a Confilegal Cristina Dexeus, presidenta de la Asociación de Fiscales (AF).
“Por ejemplo, la ausencia de un verdadero sistema que permita el trabajo desde casa, sin necesidad de presencia física y donde todos los operadores jurídicos del mismo órgano judicial puedan estar interconectados para trabajar y avanzar en la tramitación de los expedientes”, explica.
Dexeus, que es decana de la Fiscalía de la Audiencia Provincial de Barcelona, comparte con este diario cómo está siendo en su caso el trabajo durante la pandemia.
A su juicio, esta crisis ha puesto de manifiesto la “necesidad” de apostar por la justicia digital “con sistemas integrales de expediente judicial único que permita agilizar el registro y tramitación con el objetivo de optimizar los medios”, y también la carencia de medios personales y materiales, algo de lo que “siempre se ha quejado la asociación y que ahora queda reflejado”.
Este mes, la Asociación de Fiscales, la mayoritaria de las tres existentes y que Dexeus preside desde noviembre de 2017, cumple 40 años; una conmemoración que iban a celebrar por todo lo alto con un acto en homenaje a los fundadores y también iban a recuperar la revista con un número especial, pero por el coronavirus tendrá que esperar.
Dexeus informa que la asociación “está creciendo muchísimo en estos últimos años”, y que “además está vigorizándose porque no solo está asociándose gente de mediana edad, sino también mucha gente joven”.
Cuenta con 550 afiliados de una plantilla de 2.700.
La actual ejecutiva de la asociación y los cinco vocales de la AF en el Consejo Fiscal.
Cristina Dexeus Ferrer (Barcelona, 1962) es catalana y se declara “enamorada de Madrid”, comunidad donde vivió 10 años y en la que estudió la carrera y la oposición.
“Fueron años magníficos, maravillosos. Lo pasé muy bien”, rememora.
Dexeus aprobó la oposición a la Carrera Fiscal en junio de 1988. Es de la promoción 33ª.
Regresó a Barcelona en febrero de 1989, y allí sigue, defendiendo desde Cataluña el Estado de Derecho y la Constitución.
En abril hizo dos años como decana de la Fiscalía de la Audiencia Provincial de Barcelona.
Entre 2014 y 2018 fue miembro del Consejo Fiscal, y a finales de 2017 se presentó a las elecciones de la Asociación de Fiscales.
El pasado 9 de noviembre revalidó como presidenta tras un mandato de dos años.
Dexeus también cuenta en esta entrevista qué le llevó a hacerse fiscal y los casos que más le han marcado.
Preguntada por qué destino recuerda especialmente, dice que el primero, pero no precisamente por cosas buenas. “Fue un horror. Hospitalet número dos era entonces el peor Juzgado de España”, afirma.
“Al poco tiempo de llegar se produjo una reforma del procedimiento penal y se instauró el procedimiento abreviado, con lo cual todas las causas que tenían paralizadas en aquel juzgado, que eran muchísimas, se dedicaron a ponerle el auto de procedimiento abreviado y se remitieron al fiscal [se ríe]. Me encontré con una avalancha. Eso sí que fue una avalancha”, explica.
Ahora, tras el levantamiento del estado de alarma, los fiscales prevén que haya una sobrecarga en la jurisdicción penal y en familia.
¿Qué es lo que más le preocupa en estos momentos?
Cómo se va a hacer la reincorporación. Si se va a hacer de forma adecuada, si se va a hacer progresivamente, si vamos a tener equipos de protección, y si se van a hacer test para saber que los que nos vayamos incorporando estamos bien de salud y no contagiamos sin saberlo.
Y luego, que se hagan las cosas con lógica y con datos fiables porque hasta ahora nosotros hemos hecho nuestras propuestas de reincorporación desconociendo por completo cuál es la situación actual de demora, cuál es el volúmen de señalamientos que se han paralizado, cómo está la estadística del registro de entradas de asuntos en estos dos meses en relación con otras épocas para tener también en consideración el deficitario volumen de entrada de trabajo, y la previsión de tipos delictivos que nos encontraremos.
¿En qué ámbitos prevé que afecte más a los fiscales?
Más allá del penal, en las jurisdicciones donde más se va a notar son seguramente familia, y luego mercantil, social y contencioso.
Insisto, hace falta saber qué previsiones hay, y qué escenarios de reincorporación se están barajando porque no sabemos si se contemplan ya fechas concretas de reincorporación.
Hemos tenido que hacer nuestras propuestas a ciegas y no hemos podido ir más allá porque desconocemos el panorama y los posibles escenarios que nos podamos encontrar a la vuelta.
Recuerde brevemente lo que propuso la Asociación de Fiscales.
La derogación del sistema de plazos del artículo 324 por un decreto ley, para eliminar las trabas que los plazos absolutamente inadecuados suponen para cualquier investigación penal, en especial, la de las causas contra la corrupción; que computen los plazos a partir de la notificación efectiva al fiscal a través de LexNET; y que en todo caso las notificaciones al fiscal se hagan de forma escalonada para que no sea una avalancha y no colapsen el sistema informático ni las oficinas fiscales.
También pedimos que se hagan test para que se vayan reincorporando y se tomen en consideración las situaciones de los fiscales en razón de la edad, enfermedades previas y demás situaciones de riesgo; que se haga una incorporación progresiva; y que se tenga en cuenta en cada uno de los lugares las instalaciones que tenemos, el número de personas que pueden acudir teniendo en cuenta el número de funcionarios de la fiscalía y el número de fiscales porque tenemos dependencias actualmente muy deficitarias desde un punto de vista de la salud y de la higiene.
Antes de la pandemia eran ya de por sí muy deficitarias y ahora habrá que tener muy en cuenta qué dependencias tenemos y en cuales podemos estar o no trabajando presencialmente.
También pedimos que nos doten de más medios telemáticos y sistemas de videoconferencia para poder intervenir no presencialmente en todas aquellas actuaciones que puedan hacerse sin presencia física; y sistemas rotatorios de asistencia, que no estemos todos siempre, sino que se vaya rotando. También reclamamos medidas colectivas relativas a la seguridad y salud en las salas de vistas, así como para el acceso de los usuarios a las sedes judiciales y fiscales.
En esencia son estas. Y velan todas ellas por la salud de los fiscales, de los funcionarios de la Fiscalía, y de la ciudadanía, a que prestamos el servicio público.
Esta situación de emergencia sanitaria ha puesto de manifiesto grandes déficits en la justicia española.
¿Cuáles son?
La ausencia de un verdadero sistema que permita el trabajo desde casa, sin necesidad de presencia física y donde todos los operadores jurídicos del mismo órgano judicial puedan estar interconectados, trabajar online y avanzar en la tramitación de los expedientes.
Actualmente eso no es posible. Se ha demostrado que no hemos alcanzado las cotas de digitalización de la Justicia que debiéramos.
Es necesario un sistema informático único, común para toda España y para todos los órganos judiciales y las fiscalías.
El hecho de que existan distintos sistemas en función de la comunidad autónoma determina que el nivel de digitalización y el propio sistema sean distintos.
El pasado enero usted ya decía que uno de los retos de este año era una apuesta decidida por la digitalización de la Justicia…
Sí. Quisiera hacer un reconocimiento a compañeros de la Asociación de Fiscales, algunos de ellos desde jefaturas, otros desde sus cargos SIMF y algún otro desde la unidad de apoyo, que han insistido mucho en potenciar el expediente digital porque ellos vieron que efectivamente ese era el futuro pese a todos los inconvenientes y a los problemas que plantea todavía a día de hoy.
Muchos compañeros de la asociación han luchado por conseguir la digitalización de la Justicia y seguimos reivindicándolo.
Y quiero hacer ese reconocimiento desde aquí para ellos porque en muchas ocasiones el hecho de que no funcionaran bien los sistemas que nos estaban proporcionando o que provocara un retraso en la forma de despacho ordinario del trabajo, determinaba que nos pusiéramos muy en contra del expediente digital, pero lo cierto es que ese es el camino a seguir.
Mejorándolo, desde luego, pero consiguiendo que podamos trabajar online en un sistema único para jueces y fiscales. De haberlo tenido no estaríamos en la situación de parón en la que estamos ahora.
¿Qué otras carencias ha detectado?
Sedes fiscales y judiciales lamentables y deplorables que ya veníamos denunciando desde hace mucho tiempo y que se ponen de manifiesto ahora de nuevo porque no reúnen las condiciones necesarias para realizar con seguridad el trabajo, y menos en una situación como la actual.
La carencia de medios personales y materiales es algo de lo que siempre nos hemos quejado y que también ahora se pone de manifiesto cuando se empiezan a solicitar refuerzos porque va a haber una avalancha.
Venimos de un déficit previo de plantillas y a eso se suma ahora un incremento del trabajo, supuestamente porque carecemos de cifras, pero parece que va a haber un incremento del trabajo y nos encontramos con que las plantillas son las que son. Siempre hemos ido por detrás de las necesidades y los tiempos.
¿Qué opina del plan de choque del CGPJ?
El Consejo General del Poder Judicial salió el primero sin esperar a que las demás instituciones se pronunciasen o consensuasen un plan de actuación. Además, algunas de las medidas que proponía pretenden solventar en un mes o dos los males endémicos de la Justicia.
Es incomprensible pretender utilizar esta situación para resolver todos los déficits de la Justicia con grandes reformas que algunas de ellas no responden a las necesidades inmediatas que tenemos que afrontar en este momento.
No digo que no haya que intentar alguna como la de las notificaciones o la del 324, pero no vas a poder resolver todos los déficits de la Justicia española ahora mismo haciendo leyes orgánicas, con lo que tarda la tramitación de una norma, y con la representación de partidos que hay esta legislatura en el Congreso, donde va a ser difícil el consenso.
No me parece un plan razonable.
¿Y qué le parecen las 60 medidas que ha planteado Delgado?
Gran parte de las que propone son las que planteó la AF, que son las más concretas y sensatas, algunas de la UPF y otras que son irrealizables. Lo que sigo añorando es la concreción de un plan donde se contemplen todas las necesidades reales de los fiscales y del servicio público para la reincorporación.
Está delegando totalmente en los jefes la adopción de las medidas.
También sería necesario que desde la Fiscalía General se consensuase con el CGPJ una fórmula de elaborar el calendario de señalamientos en el ámbito penal y de familia entre jueces y Fiscalía.
¿Cómo está siendo en este momento su trabajo diario?
En Cataluña, en el ámbito penal no tenemos desarrollado ningún sistema para poder hacer el famoso teletrabajo. Nosotros trabajamos en papel, nuestro expediente está en papel físico, con lo cual se pueden despachar algunos trámites por correo electrónico, desde luego los urgentes, como las causas con preso, y también algún informe.
El papel físico es nuestra base de trabajo y tenemos que ir a recogerlo a dependencias de la fiscalía si queremos avanzar en aquellos expedientes que ya teníamos antes de que se declarase el estado de alarma.
Dexeus, trabajando en su casa durante el confinamiento.
¿Ha tenido que desplazarse a la Fiscalía durante el confinamiento?
Sí, pocas veces, para cubrir el servicio de guardia o para asistir puntualmente a mi despacho, de modo que he utilizado esas ocasiones para acabar todos los asuntos que tenía pendientes. Por correo electrónico he podido seguir avanzando en algunas pocas materias.
El resto de compañeros es lo que vienen haciendo: Coger el papel de sus despachos, llevarlo a casa y adelantar. El juzgado ahora mismo cuenta con muy pocos funcionarios y éstos no pueden escanear las causas para que el fiscal o el juez las estudie.
Un solo funcionario o dos, como hay, están colapsados, no pueden avanzar en la tramitación de los expedientes.
El papel está parado. Llega un momento en que no se puede continuar la tramitación de las causas y esa es nuestra situación. Estamos anclados en el siglo pasado.
¿Qué otros desafíos tienen los fiscales en Cataluña?
Parece ser que las autoridades catalanas, pese a la situación de emergencia sanitaria y humanitaria que se está produciendo, siguen todavía con una deriva absolutamente absurda y fuera de la realidad haciendo en ocasiones manifestaciones inoportunas y generando una crispación innecesaria en este momento, en el que la crispación ya viene dada por la propia situación que estamos viviendo.
¿Qué le parece la persecución a los profesionales sanitarios y de otros colectivos que están en primera línea? Una ginecóloga de Barcelona denunció que le habían puesto “rata asquerosa” en el coche…
La crispación y el miedo pueden provocar reacciones de odio, que en todo caso darán lugar a una investigación para determinar si los hechos son encuadrables en un tipo delictivo y quién es el autor de los mismos.
¿Cómo es actualmente la convivencia en Cataluña? ¿Hay muchos casos de fiscales que piden el traslado fuera por el ‘procés’?
Ahora hay un concurso que está paralizado a consecuencia del estado de alarma, pero en el anterior hubo movimientos de compañeros que se marcharon de Cataluña porque la situación es incómoda. Hay un ambiente de convivencia crispado y eso puede motivar que compañeros procedentes de otras comunidades autónomas aprovechen el concurso para establecerse en sus lugares de origen.
¿El Gobierno ha hecho algo frente a esta situación?
No. Nos sentimos abandonados. Además, ahora se da la situación paradógica de que aquellos partidos que actuaron contra la Constitución en 2017, que cometieron los hechos del 1-O, son los que sustentan al Gobierno de España.
¿Siguen siendo “desleales” incluso con esta situación sanitaria y humanitaria tan grave?
Sorprendentemente, sí. Parece que siempre y en todo caso deban llevar la contraria a las decisiones del Gobierno de España.
Además, tampoco es que haya excesiva transparencia. Lo que sí han transcendido son los obstáculos que el ‘Govern’ ha impuesto a las Fuerzas Armadas para que desarrollen su labor humanitaria en Cataluña.
Eso es tremendo, es vergonzoso, lamentable, no es comprensible.
Cristina Dexeus, en un curso celebrado en diciembre de 2018 en la FGE, organizado por la vocal de la asociación Concepción Talón, en conmemoración del 40 aniversario de la Constitución.
¿Cómo ve usted en general a la clase política?
A algunos les veo faltos de preparación o de rigor, lo que en ocasiones les lleva a decir barbaridades, algunas queriendo y otras por pura ignorancia. Es triste.
El presidente del Gobierno dio a entender el pasado noviembre que la Fiscalía depende del Gobierno. Al día siguiente rectificó sus palabras y dijo que es autónoma. Las atribuyó a estar “muchas horas frente a un micrófono”…
Un político preparado sabe perfectamente que en un Estado democrático y de derecho es indispensable el escrupuloso respeto a la separación de poderes.
Por cierto, ¿qué opina de las declaraciones del vicepresidente Iglesias sobre la condena impuesta por el TSJM a Isabel Serra?
Teniendo en cuenta el cargo que ostenta, debería ser más escrupuloso a la hora de manifestarse respecto de la actuación del Poder Judicial y no presionar contra sus decisiones. Por otro lado, las críticas frente a las resoluciones judiciales son normales en democracia, siempre que sean críticas fundadas, razonadas, y razonables, lo que no era el caso, puesto que la sentencia está fundada y razonada en base a las pruebas que tuvieron lugar en el juicio.
Hablando de delitos, ¿cambian los delitos con esta crisis sanitaria?
Ahora los delitos que nos encontramos son pocos y distintos. Imagino que cuando volvamos a la normalidad habrá un incremento de las denuncias por violencia de género y doméstica porque el confinamiento puede propiciar situaciones de malos tratos.
También se están produciendo delitos de estafa a través de la redes aprovechándose de la situación de miedo que provoca el coronavirus e incluso podrían ser contra la salud pública, en el caso de venta de falsos medicamentos.
Además, se están dando casos de atentado o resistencia ante las órdenes policiales. O los delitos que estamos viendo contra los sanitarios porque los vecinos están nerviosos ante la posibilidad de contagio del coronavirus y hacen recaer sobre esas personas que están trabajando en favor de la sociedad, su miedo de una forma absolutamente ilógica, incluso bordeando sino incurriendo en delitos de amenazas o de coacciones. Hacia los profesionales de la sanidad y hacia los trabajadores de supermercados o de otros servicios esenciales.
Son tipos delictivos distintos de los usuales. Actualmente en las guardias no entran muchos atestados por delitos contra la propiedad, como suele ser habitual, dada la situación de confinamiento.
Hay algunos atestados por robos en farmacias o supermercados, pero pocos.
A principios de año compartió con Confilegal sus deseos, propósitos y retos para este 2020. ¿Se han quedado patas arriba con esta crisis o algunos son precisamente ahora más necesarios?
Las herramientas informáticas adecuadas que ya pedía entonces, se hacen todavía más necesarias, pero conllevan un gasto presupuestario del que actualmente será difícil que pueda disponer el Ministerio de Justicia por la crisis económica.
Otro de mis deseos sigue siendo que se alcance un modelo de Justicia adecuado a las necesidades actuales, elaborado con visión de futuro, no cortoplacista, que no responda a intereses partidistas, sino a la necesidad de organizar la planta judicial para resultar más eficientes; sistemas de nombramiento del FGE y del CGPJ que generen en la ciudadanía confianza en la neutralidad e imparcialidad de las instituciones; sistemas procesales más ágiles y adaptados a los de las democracias de nuestro entorno; y un modelo profesional en el que nadie pueda poner la ley al servicio de su ideología política, y donde se potencie la excelencia profesional, manteniendo el actual sistema de acceso a la carrera que garantiza la igualdad, la capacidad y la objetividad.
Para lograr todo ello tendría que existir un Pacto Nacional por la Justicia.
¿El fiscal es el gran desconocido en la justicia española?
Lo es, lamentablemente. Preguntas quién es un juez y te dirán que es el que juzga, el que hace juicios, el que condena. Sin embargo, la figura del fiscal es tremendamente desconocida y no se sabe exactamente en qué ámbito trabaja.
Hay quien piensa que nosotros simplemente estamos obligados a acusar en el ámbito penal y que esa es nuestra única función.
Toma de posesión de Cristina Dexeus como vocal del Consejo Fiscal el 18 de abril de 2014, junto a los otros vocales de la AF y de la UPF.
Frente al desconocimiento de algunos y a la visión interesada que otros quieran trasladar a la ciudadanía, ¿podría explicar la labor diaria que hacen los fiscales en las trincheras de los juzgados?
Los fiscales no sólo se limitan al ámbito penal, sino a muchos otros. En el ámbito penal no es cierto que el fiscal esté obligado necesariamente a acusar, el fiscal valora las pruebas a su alcance y decide si hay base suficiente para mantener la acusación en un juicio.
En caso contrario, solicita el archivo de la causa, porque el fiscal vela por el cumplimiento de la ley y de la Constitución.
Además, velamos por el interés de las personas más vulnerables, de los menores, de los mayores, de los incapaces, es un aspecto tuitivo precioso de la función del fiscal y es tremendamente desconocido.
En suma, somos los que velamos por los derechos fundamentales de los ciudadanos y de los más desprotegidos.
Cristina Dexeus afirma que le apasiona su trabajo y la defensa de los derechos de los fiscales.
¿Qué le llevó a hacerse fiscal?, ¿ya había alguno en su familia?
No, en mi familia no hay fiscales, sí ha habido abogados. Mi padre y mi abuelo eran abogados, pero no ejercieron.
Me gustaba la arquitectura, pero terminé haciendo Derecho por una cuestión práctica y acabé enamorándome de la carrera.
Conocí el mundo judicial a través de un primo mío que estuvo en mi casa preparándose las oposiciones a juez. En ese momento vivíamos en Madrid.
Conocí a su preparador, que era fiscal, y a compañeros que también las estaban preparando, como Cristina Toro, fallecida recientemente. Los conocí incluso antes de empezar a opositar.
Me picó el gusanillo, empecé a ir a ver juicios y me gustó. Decidí preparar las oposiciones, y mi preparador, Anselmo Sánchez Tembleque, que era fiscal, me transmitió su amor por amor por la Carrera Fiscal y me convenció totalmente.
Preparé las dos oposiciones y cuando saqué la de fiscal dejé de presentarme a la de jueces. Había aprobado ya uno de los exámenes, pero no continué. Y no me arrepiento en absoluto. Me gusta muchísimo mi profesión.
¿Podría contar algún asunto que le haya marcado?
El caso de unos padres que abandonaron al bebé recién nacido me llamó muchísimo la atención, tremendamente. ¡Cómo se puede dejar a un bebé recién nacido abandonado a su suerte! Ese me tocó mucho.
También me impactó el asunto de una asesina de ancianas: una mujer que contactaba con señoras mayores, las mataba y se quedaba con sus joyas. En cosa de un mes mató a unas cuantas. Creo recordar que a tres o cuatro y al final fueron 9 víctimas.
Me impactó esa mujer, por su frialdad durante la instrucción de la causa, por el cambio físico operado cuando llegó al juicio, y por cómo utilizó a esas pobres ancianitas.
¿Qué consejo daría a los opositores a la Carrera Judicial y Fiscal?
Que no se desanimen. Perseverancia e ilusión.
Es muy duro, hay que tener bastante fuerza de voluntad, concentración, aguante emocional, pero vale la pena.
Su primer carnet de fiscal; aprobó en junio de 1988 y tomó posesión del destino el 19 de febrero de 1989.
¿Puede compartir alguna de las lecciones aprendidas en el desarrollo de su profesión?
El espíritu de servicio público que impera en las fiscalías, la humildad que da el hecho de trabajar en grupo y ser supervisado en el trabajo ordinario por un superior, y que luego el pronunciamiento de los jueces sea en ocasiones contrario a la postura del fiscal.
¿Cuál fue su primer destino?
Primero estuve en Hospitalet de Llobregat, y al poco tiempo también sustituí a María José Segarra en la coordinación de la Fiscalía de Protección de Menores de Barcelona, donde estuve seis años.
Después fui fiscal de instrucción en Barcelona, posteriormente coordiné una sección territorial en Sant Feliu de Llobregat, y desde hace dos años soy decana en Barcelona.
¿Recuerda especialmente algún destino?
El de Hospitalet.
¿Por bueno o por malo?
Porque fue un horror. Cuando llegué era el peor Juzgado de España, Hospitalet número dos. El peor Juzgado de España, de verdad, porque tenía un atraso excepcional.
Además, al poco de llegar se produjo una reforma del procedimiento penal y se instauró el procedimiento abreviado, con lo cual todas las causas que tenían paralizadas en aquel juzgado, que eran muchísimas, se dedicaron a ponerle el auto de procedimiento abreviado y lo remitieron al fiscal [se ríe].
Y me encontré con una avalancha, eso sí que fue una avalancha.
Lo recuerdo un horror. Muchísimo trabajo, trabajo muy atrasado, muy complicado y, además, asuntos duros.
Eso sí, muy bien con los compañeros, eran estupendos. Ahí también estaba Margarita Robles en la Sala de la Audiencia Provincial, a la que iban mis asuntos. Y con ella celebré el juicio del bebé que comentaba. Desde entonces nos conocemos y la verdad es que la aprecio mucho.
¿Qué asuntos llevó?
Uno de los asuntos que tuve que despachar era un accidente en un campo de fútbol por un tendido eléctrico que había caído cuando unos niños jugaban. Era de 1976 y estábamos en el 89.
Entonces era la época dura la de la heroína y los delitos eran muy duros. Los atracos a entidades bancarias con escopeta recortada estaban a la orden del día. Fue una época dura, pero también aprendí muchísimo.
¿Cuándo entró en la Asociación de Fiscales?
En el 92. Se fundó en 1980. Este mes precisamente hace 40 años de su fundación. Queríamos hacer una revista digital y un homenaje a los fundadores en mayo, pero ha quedado pospuesto por el coronavirus. Se hará más adelante.
Me hace mucha ilusión recuperar la revista, aunque solo sea con un número especial, y hacer ese homenaje a los mayores de nuestra asociación.
¿Cuántos afiliados tiene?
550 afiliados de una plantilla de 2.700.
La Asociación de Fiscales está creciendo muchísimo en estos últimos años, y además está vigorizándose porque están asociándose no solo gente de mediana edad, sino también mucha gente joven.
De izquierda a derecha: Miguel Rodríguez (vicepresidente de la AF), Pilar Sánchez Alcaraz, Vicente Garrido (tesorero), Álvaro Terol, Esther Moreno, y Pedro Díaz Torrejón; todos ellos miembros de la actual ejecutiva.
¿Y cuáles son los valores de la AF?
Pasan las ejecutivas, pasan los años y el mensaje esencialmente es el mismo. Para hacer todas esas funciones previstas en nuestro estatuto partimos de la idea del fiscal profesional, sin adscripción política.
Ese es el mensaje de la Asociación de Fiscales: Que nosotros no tenemos adscripción política alguna, que somos fiscales que queremos una carrera profesional centrándonos en las mejoras profesionales de la misma, y queremos esas mejoras para prestar un mejor servicio público a los ciudadanos e intentar ser mejor profesionales a través de la formación y del trabajo.
Me gusta que se mantengan los valores de la asociación, como asociación profesional dedicada a velar por el cumplimiento de la Constitución, del Estado de Derecho, de la democracia, de la defensa de los derechos fundamentales de los ciudadanos, la defensa de los más desprotegidos, y dar a conocer cuál es la función del Ministerio Fiscal.
La asociación está muy comprometida con las reformas de la Carrera, que seguimos estudiando, elaboramos propuestas, trabajamos cada una de las posibles reformas con mucho entusiasmo y sobre todo con esa idea de mejora del servicio público.
Lamentamos que no exista una visión de Estado sobre la administración de Justicia que redunde en su mejora, pues eso supondrá un beneficio para toda la sociedad, a la que servimos.
El reto ahora es salir de la crisis sanitaria y económica a la que nos enfrentamos de la mejor manera posible y que se pueda resolver con el apoyo de todas las fuerzas políticas y del Poder Judicial.
Deseo volver a la normalidad en todos los ámbitos y mi propósito es seguir trabajando para la asociación con el mismo entusiasmo que el primer día.
Rosalina Moreno | 03 Mayo, 2020
Fuente: ConfiLegal