Logo
Print this page

La protección del medio ambiente, un derecho fundamental. Por Javier Ródenas Molina.

Año 1978: Nuestra Constitución configura la protección del medio ambiente como un principio rector de la política social y económica de nuestro Estado social y democrático de Derecho. Año 2019: ¿Por qué no configurarlo como un derecho fundamental? El progreso debe evolucionar al compás de un armónico equilibrio con nuestro entorno. Si se desnivela el desarrollo en detrimento de nuestro medio ambiente, nos dañamos todos un poco más.

Conviene no poner en duda que la protección del medio ambiente es un ejercicio de unión con la vida, que dañarlo es tanto como autolesionarnos y que no puede quedar sometido a la tiranía inconsciente de quien desprecie la verdadera dimensión del problema. Está en juego nuestra futura supervivencia y también la de muchas formas de vida, especies y hábitats que merecen una fundamental protección.

Este viaje de imparable evolución debe ser coherente con nuestro entorno. Actualmente todos tenemos derecho a disfrutar de un medio ambiente adecuado para el desarrollo individual y, simultáneamente, tenemos el deber constitucional de conservarlo. Existe una vinculación constitucional colectiva en la obligatoriedad de preservar el medio ambiente para que todos podamos alcanzar su pleno disfrute, útil a la finalidad constitucional que le es propia: la contribución a un mejor progreso de la vida.

Pero han pasado más de 40 años desde la configuración constitucional del derecho-deber como principio rector. En el contexto actual -con la imparable evolución del derecho ambiental en el ámbito comunitario y de las Naciones Unidas, así como los distintos compromisos internacionales suscritos por España, entre ellos el Acuerdo de París de 12 de diciembre de 2015, que tiene por finalidad dar una respuesta progresiva y eficaz a la amenaza apremiante del cambio climático como un problema de toda la humanidad- creo que se ha superado esa visión y la preservación del medio ambiente debería configurarse en la actualidad como un verdadero derecho fundamental. De este modo se ennoblecería su protección reforzada de tutela que tienen los derechos fundamentales en nuestro ordenamiento jurídico y su posibilidad de amparo.

Ahora que se habla sin tapujos de crisis ambiental por la inaplazable necesidad de poner freno al cambio climático; ahora que se ha visto la importancia que tiene para nuestra salud respirar un aire limpio; ahora que se impone la necesidad de una correcta gestión de los residuos; ahora que tomamos conciencia de que el mar no puede ser un vertedero de plásticos, ahora, ha llegado el momento de consagrar nuestro medio ambiente y elevarlo de categoría.

En el terreno de la protección jurídica es indudable la progresiva ampliación de los tipos penales que protegen todo el espectro medio ambiental: desde el urbanismo hasta el bienestar animal. Así, tenemos tutela penal en la ordenación del territorio concebido por la utilización racional del suelo como recurso natural limitado y adecuado su uso al interés general, el patrimonio histórico, el medio ambiente, los recursos naturales, la flora, la fauna, los animales domésticos, etc.

Desde esta concreta perspectiva, y a partir de la defensa del principio de legalidad que enmarca la actuación del fiscal, se configuró en el año 2006 la Red Nacional de Fiscales de Medio Ambiente, con la promoción decisiva de uno de los mayores referentes -no solo a nivel nacional sino internacional- del derecho ambiental: el fiscal de Sala de Medio Ambiente y Urbanismo, Antonio Vercher Noguera. La defensa de la tutela penal en la protección del medio ambiente es el motor que impulsa la actuación de esta red, que residencia en cada una de las ciudades del territorio nacional a un fiscal delegado con la importante misión de promover la acción de la justicia en la salvaguardia de los recursos naturales.

Pero dejar todo en manos del derecho penal es desenfocar el problema. Debe imponerse una educación ambiental que permita comprender la efectiva protección personal que como deber constitucional tenemos todos en la defensa del medio ambiente. En el futuro y tomando prestado un verso de Caballero Bonald - «somos el tiempo que nos queda» - seremos el medio ambiente que conservemos.

Fuente: El Mundo

 

Javier Ródenas Molina

Miembro de la Asociación de Fiscales

Fiscal decano de Medio Ambiente y Urbanismo en la Fiscalía Provincial de Las Palmas

Asociacion de Fiscales © A.F. | Reservados todos los derechos